Lewis Milestone es, entre otras cosas, un director esencial en el cine bélico. Él mismo contribuyó a forjar dicho género sentando sus cimientos desde el primer clásico bélico del cine sonoro, Sin novedad en el frente (1930), todavía hoy no superada en su recreación de la poética de la muerte moral que se produce entre los individuos que participan en cualquier guerra, y auténtica obra maestra de la aplicación del sonido al dibujo cinematográfico de los conflictos armados.
, adaptación de la novela homónima de Erich Maria Remarque, es la mejor película de Milestone, pero no la única que dejó como seña de identidad y molde ejemplar del cine de acción a seguir posteriormente por otros directores. Su filmografía está preñada de variadas formas de