on el invierno a la vuelta de la esquina, llega el momento de preparar nuestro hogar para afrontar las bajas temperaturas típicas de la época. Pero, ¿sabes qué debes tener en cuenta? Te lo contamos. En primer lugar, debes tener presente que la orientación y la climatología de la zona geográfica de tu vivienda son determinantes; también que la eficiencia energética del sistema de calor elegido funcionará en la medida que otros elementos estructurales de la casa sean adecuados: por ejemplo, los cerramientos (decántate por diseños con rotura de puente térmico y doble acristalamiento). Los sistemas más vendidos son la bomba de calor–por lo general, son idóneos para zonas geográficas con inviernos suaves: permiten frío en verano y calor en invierno, e incorporan tecnología Inverter (ayuda a mantener la temperatura deseada, con lo que se visto (de pared) o rejilla en techos o paredes (empotrada)–; y los radiadores de agua con calefacción central o caldera de gas que ofrecen agua caliente sanitaria y calefacción. A la hora de elegir la caldera, opta por modelos estancos, mixtos y/o de condensación (ahorras energía y dinero), ya que son aptos para cualquier climatología. Por otro lado, hay que tener muy presente que la superficie a calentar importa, y mucho. Así, una bomba de calor de 2 kW es suficiente para una estancia de hasta 12 m–si hay una ventana grande orientada al oeste por la que entre mucho sol desde el mediodía, mejor una unidad de 2,5 kW de potencia–; si es de 20 m, elige una con capacidad de 2,5 kW–de 3,5 kW siempre y cuando haya una ventana grande orientada hacia el sur o el oeste, seáis muchos en casa o tengas una gran cantidad de aparatos eléctricos–, y en estancias de 30 m, como mínimo, una bomba de 3,5 kW. ¿En espacios de mayor tamaño? Elige un modelo de 5 kW de potencia o dos de 2,5 kW. A lo que las calderas se refiere, calcula de media una potencia en calefacción de 150 W (0,15 kW) por m. En cualquier caso, si tu vivienda es de 80 m, escoge una de unos 12 kW. De esta forma, no fallarás.
