as crónicas inmediatas hablarán de Gabriel Chaile (1985) como de un “rockstar”, una categoría de los 70 que hoy es aplicable a casi todo: desde un chef con cuatro estrellas Michelin a una tenista encumbrada en el ranking WTA. O ahora mismo al artista tucumano residente en Portugal que lleva puesta una combinación de campera, anteojos de sol redondos y un ramo de flores. La cabeza remata en un jopo afro y arborescente. Pero Chaile, sí, pero ni con el glamour del cine ni con la arrogancia del rock and roll. Lo que hay detrás de esta consagración es una historia de trabajo puro y duro y de rescate ancestral.
HECHA de SIGLOS
Oct 12, 2022
3 minutos
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