Horizonte en penumbra
Hemos visto las orejas al lobo (léase lobo como inflación de doble dígito) y –aunque la fiera parece haberse ido a acechar otros gallineros económicos– seguimos notando su hálito, cargado de un temor e incertidumbre que serán difíciles de disipar a corto plazo. Los precios siguen en niveles muy altos –disparados en el caso de la energía y las materias primas– y, según todas las previsiones, solo comenzarán a contenerse hacia finales de año (aunque a partir de este mes de junio ya debería empezar a desinflamarse la factura de la luz de los usuarios acogidos a la tarifa regulada –o PVC–, tras la aplicación del tope al precio del gas que España y Portugal han negociado en Bruselas). La medida servirá para adelgazar un abultado IPC que está contribuyendo al menor ritmo de crecimiento de la economía, ya constatado no sólo en España, sino entre los grandes socios comunitarios como Francia o Alemania y también en EE UU, que se contrajo un 1,4% en el primer trimestre. En tal acoplamiento de factores mete baza de lleno la guerra de Ucrania, que vino a agravar unas tensiones inflacionistas ya existentes y cuya impredecible duración continúa condicionando las perspectivas de recuperación (haberlas, haylas).
“Nos hallamos ante el mayor shock de precios energéticos en medio siglo. No se
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