Un soplo de BIENESTAR
l primer paso es determinar cuántos espacios de tu vivienda necesitas climatizar. Si sólo va a ser uno, dispones de tres opciones. La primera son los populares . Los más económicos son los murales o de pared, pero también existen los: al instalarse en los falsos techos son muy estéticos y, dado que climatizan desde arriba hacia abajo, enfrían más uniformemente. Otras alternativas son los (en oposición a los , que utilizan gas como refrigerante, éstos se valen del agua) o los modelos portátiles (menos eficientes y más ruidosos, pero sin instalación previa). ¿Y si tienes que enfriar más de una habitación? Pues a los o un aire acondicionado por conductos: a través de un sistema de rejillas programables permite regular la temperatura y el flujo de aire de forma independiente. Al margen de por cuál te decantes, procura que tenga la máxima calificación energética (A) y que sea lo más silencioso posible (jamás compres uno cuyo nivel sonoro sea superior a 24 dBA). Asimismo, fíjate en su potencia. Es decir, sus frigorías. Como medida general se suele utilizar el cálculo de 80 frigorías por cada metro cuadrado de la habitación: en un salón de 35 m, lo ideal sería un equipo de 2.800 frigorías.
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