“El mundo de los jóvenes es el mío, y por ello quizá es que hoy mis historias siguen vigentes y son vistas en todos lados”.
ara la década de 1990 y luego de haberse formado como actriz, modelo, conductora y compositora, la originaria de Buenos Aires, Cris Morena iniciaba un nuevo capítulo en su vida, como productora, reto que años más tarde consolidaría su carrera en la industria del entretenimiento,, proyecto que para entonces ya era un fenómeno en su natal Argentina. Años más tarde, en 2004, llegaba a la pantalla de Televisa, , serie de la cual surgiría la agrupación RBD, conformada por Anahí, Dulce María, Maite Perroni, Christopher Uckermann, Alfonso Herrera y Christian Chávez, y una vez más se trató de una idea original de la bonaerense. Para 2007 y al término de , el productor mexicano Pedro Damián, había adquirido los derechos de , otra historia de Morena, la cual presentó al público local como , producción que pondría en el mapa, nada menos que a Eiza González. Al mismo tiempo y al sur del continente, Cris trabajaba en otros proyectos como y , historias que al igual que las anteriores se convertirían en fenómenos internacionales. Por lo antes mencionado, sin pensarlo y quizá sin imaginarlo, varias generaciones a nivel mundial crecerían acompañadas de sus historias. “Hace más de 30 años que no pongo mi cara en la televisión, sin embargo, hay países en los que no puedo ni caminar por la calle por el reconocimiento que he adquirido. En México me conocen menos, pero sí saben lo que he hecho, que es lo que más importa”, nos cuenta. Para Cris, algo fundamental es llegar a nuevas audiencias y generaciones, para acompañarlas en una de las etapas más importantes en la vida de cualquiera. “Yo creo que los jóvenes van siempre adelante, por más que haya gente que piense lo contrario, pues son ellos quienes reaccionan primero ante las injusticias y las problemáticas sociales. Pienso firmemente en que ellos son nuestra esperanza, presente y futuro, y debemos darles paso porque lo vienen haciendo como pueden”. De esta manera y a través de sus proyectos, es como fomenta la educación, el arte y la necesidad de cuestionarnos la vida misma. “Es importante preguntarnos quiénes somos, qué hacemos aquí, qué buscamos, para qué vinimos a este mundo y qué huella buscamos dejar. Si eso no existe en los primeros años, es muy difícil que lo cuestionemos más adelante... pues es en la juventud cuando somos más brillantes y el aprendizaje es muy importante”. Y es por lo antes mencionado, que asegura ha dedicado la mayor parte de su trabajo a ellos. “El mundo de los jóvenes es el mío y por ello es quizá que hoy mis historias siguen estando vigentes y son vistas en todos lados”, nos comparte.
