Pura magia
sta ciudad a orillas del Danubio es puro yin y yan. Con dos zonas claramente diferenciadas, Buda y Pest, su vida moderna y cosmopolita convive de una manera natural y desenfadada con la fabulosa historia para una escapada. A la visita de los edificios imponentes de Budapest–como el Palacio Real, el Parlamento, el Bastión de los Pescadores, el Teatro de la Ópera, los puentes sobre el río y un largo etcétera–hay que sumar otros planes Nuestro favorito se resume, básicamente, en hacerse pasar por una aquincense (¡sí, ese es el gentilicio de esta ciudad!) y ser una burbuja más en la efervescencia de la capital. Zambullirse en el balneario de Gellért, comprar algo en el Mercado Central o disfrutar de una merienda en sus preciosos cafés–como el New York–, así como salir por la noche a darlo todo a sus populares en casas medio derruidas–apunta Szimpla Kert–son un triunfo seguro.
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