¿Qué me pasa, DOGTOR?
El diagnóstico de muchos cánceres se basa en la vista humana: se coloca la muestra de una biopsia bajo el microscopio y un histopatólogo, médico especializado en el análisis de los tejidos, observa si presenta rasgos preocupantes o no. A la evaluación histopatológica le pueden seguir otra serie de análisis que ayuden a guiar el diagnóstico final, pero esta prueba básica puede llegar a ser muy importante, y, sin embargo, siempre hay detrás de ella la posibilidad de un error humano o las limitaciones de nuestra propia visión. Es por eso que para ayudar a los profesionales sanitarios se están investigando dos líneas de apoyo. Por un lado, tenemos avanzados sistemas informáticos de procesamiento de imagen basados en redes neuronales; aunque todavía están en fase experimental, es posible que en unos años empiecen a usarse como soporte en las unidades de diagnóstico. Y por otro lado, tenemos la posibilidad de recurrir a animales específicamente entrenados para este misión, como palomas, perros y ratas.
En la primera mitad del siglo XX, Burrhus Frederic Skinner desarrolló diversas estrategias con las que consiguió lo que se conoce en psicología como condicionamiento operante. Consiste en lograr, a través de
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