“Seguimos el consejo de nuestra abuela: ser felices haciendo felices a nuestros clientes”
Cuando tenían apenas 20 años, Joan y Josep Roca empezaron un proyecto a contracorriente: un restaurante gastronómico en un barrio obrero de Girona. Conocieron el arte de los fogones, y la atención al cliente trajinando en el restaurante de sus padres, que hoy día siguen regentando y ofreciendo su menú diario. Su hermano Jordi tenía 9 años y no se incorporaría hasta años después. Dicen que es el más alocado, pero Jordi asegura que “los otros lo disimulan”. Llevan 35 años seduciendo, primero al cliente local y luego al de fuera con una propuesta sólida y consolidada en el territorio del que no quieren salir. Han creado nuevos proyectos como Rocambolesc, Casa Cacao, y el último un nuevo restaurante el Normal. Su nombre lo distancia del otro, el Celler, el excepcional, aunque la línea de compromiso está en ambos.
Para ellos las personas son lo más importante, tanto los clientes como el equipo al que miman porque creen que es lo fundamental de cualquier empresa, hasta el punto de trabajar con una psicóloga para que todo fluya y gestionar mejor el talento y las emociones. Ofrecen al cliente su creatividad para que vivan una experiencia gastronómica, estética y emocional, que no olvidarán. Desde el primer día, como mínimo dos hermanos reciben a los clientes, como hacen hoy casi al final de la entrevista. Sólo fallaron dos medios servicios. Valía la pena para ir a recoger el reconocimiento internacional.
¿Es rentable El Celler
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