BARCELONA EL HITO DE LA PRIMERA EXPOSICIÓN UNIVERSAL
EN 1854 BARCE-LONA ERA TODA-VÍA UNA CIUDAD AMURALLADA, PERO LOS AVAN-CES CIENTÍFICOS Y EL AUMEN-TO DE LA ESPE-RANZA DE VIDA ORIGINARON POR PRIMERA VEZ EN SU HISTORIA UN SALDO DEMOGRÁFICO POSITIVO Y LA NECESIDAD DE EXPANDIRSE. En apenas cincuenta años la ciudad había visto quintuplicada su población y, a mediados del siglo XIX, sus 160.000 habitantes malvivían intramuros en un espacio insalubre y mal ventilado. Ni siquiera el agua abastecía los domici-lios con garantías de salubridad porque muchos pozos, por falta de buenas infraestructuras, se contaminaban con las filtraciones de las letrinas que en los bajos de los edificios utilizaban todos los vecinos de la comunidad. Solo un sector de la ciudad venía favoreciéndose de agua corriente gracias al antiguo Rec Comtal que penetraba en el tejido urbano por la calle Regomir y que partía de la población de Montcada i Reixac, donde canalizaba las aguas del río Besós –en el exacto emplazamiento donde lo había hecho el acueducto romano de Barcino.
EN APENAS CINCUENTA AÑOS LA CIUDAD DE BARCELONA HABÍA VISTO QUINTUPLICADA SU POBLACIÓN Y, A MEDIADOS DEL SIGLO XIX, SUS 160.000 HABITANTES MALVIVÍAN INTRAMUROS EN UN ESPACIO INSALUBRE Y MAL VENTILADO.
LAS “DOS BARCELONAS”
Para marcar diferencias, las clases sociales acomodadas habían comenzado a construir sus residencias veraniegas en las villas de San Gervasi, Gràcia, Horta, Sarrià –que a finales de siglo XIX quedarían anexionadas a Barcelona– hasta que la
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