Entre las cerca de 140 referencias, fabricadas todas ellas en pequeñas series y con movimientos desarrol lados íntegramente por la casa, las grandes complicaciones ocupan un lugar destacado en las colecciones de Patek Philippe. Y entre ellas, el calendario perpetuo se ha situado siempre en el puesto de honor. No en vano, ya en 1925, Patek creó el primer reloj de pulsera con esta sofisticada función.
Desde entonces, los calendarios perpetuos de la manufactura ginebrina se han ido sucediendo con una gran variedad de diseños según si sus indicaciones eran por agujas o por ventanillas, y según su disposición en la esfera. Sólo por citar algunos, recordemos los relojes equipados con el célebre calibre 240 Q extraplano de cuerda automática, como la ref. 5327, con sus indicaciones de día, fecha y mes por agujas en tres subesferas; o la ref. 5320, que aloja el calibre automático 324 S Q y que indica mediante una doble ventanilla el día y el mes a las