Sentada en una silla de director delante de la pantalla de un cine y frente a un pequeño público que la escucha con atención, Agnès Varda cuenta sobre su vida. “Fui feminista y lo sigo siendo”. Tiene casi 90 años y habla despacio pero con picardía, es el ronroneo francés de una señora tímida pero juguetona. La cámara está entre la gente y la toma; viste de violeta y tiene su clásico corte de pelo redondo como un casquito; mitad blanco, mitad rojo. Se mueve, enfatiza lo que dice desplazando el cuerpo hacia delante y atrás, marea unos anteojos entre las manos: “y debo decir que los asuntos que rodean a la liberación de la, un ensayo autobiográfico que recorre su trayectoria como una de las directoras y guionistas más importantes de la cinemateca del mundo, una precursora de la Nouvelle Vague. Dejó una huella clara y profunda en la obra de las mujeres y disidencias que vinieron después, incluso sin saberlo, incluso sin considerarse feministas, incluso en el sur del mundo, incluso en Argentina.
MARCA francesa
Sep 02, 2021
4 minutos
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