¡Hey, te veo muy bien!
EL GRAN FRANCO Battiato, recién fallecido, cantaba aquello de “hay quien se pone unas gafas de sol, por tener más carisma y sintómatico misterio…”. Ya sea por esto o simplemente para proteger los ojos del sol, todo conductor debería tener algunas gafas siempre a mano. El reciente fichaje del actor y piloto Patrick Dempsey como embajador de Porsche Design Eyewear nos ha hecho pensar en la vinculación entre el mundo de la óptica y el automóvil.
La gafas de sol más conocidas son quizá las Ray-Ban Aviator, desarrolladas en 1936 por la firma Bausch&Lomb para proteger la visión de los pilotos militares norteamericanos. Se pusieron a la venta en 1937 con sus lentes verdes e inicialmente con una montura de plástico y, al año siguiente, pasaron a ser de metal. A partir de los años cincuenta del (1955), Peter Fonda unas Olimpian I en (1969) y Clint Eastwood unas Balorama en (1971). Las Wayfarer volvieron a brillar en (1980) mientras que las Aviator siempre estuvieron ahí. Recuperaron protagonismo en 1986, con Tom Cruise en cuando volvieron a su función original como equipo de vuelo para los pilotos. En definitiva, unas Aviator son como unos Levis 501 o un cazadora de cuero Schott, clásicos que nunca pasan de moda y un acierto seguro. Más allá del estilo, a la hora de comprar conviene elegir gafas de sol con lentes polarizadas, ya que evitan reflejos incómodos y ayudan mucho en ciertas condiciones de luz donde es más peligroso conducir, como en los amaneceres o en las puestas de sol. En ese sentido casi todos los modelos de Ray-Ban o el resto de grandes marcas tienen opciones con lente polarizada.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos