UN CLÁSICO REVISITADO
Si hay un lugar donde el espíritu mediterráneo en su estado puro se conserva, ese es la capital griega, una urbe que vive la vida como si no hubiera mañana. Desde la primavera al otoño, un sol cegador llena sus calles de luz y de gente, una corriente de energía que se transmite de colina en colina, en puestos callejeros, terrazas atestadas, mercados, tiendas de diseño y, por supuesto, ruinas de la Grecia clásica, un conjunto arqueológico monumental imprescindible que cada vez luce más bonito.
La Acrópolis es, lógicamente, el primer lugar a visitar. Montaña sagrada de la cultura griega, en esta roca se asientan los cimientos de la cultura occidental. Allí se asiente el Partenón, templo dedicado a Atenea, la diosa de
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