LA TARJETA SIM HECHA DE FRIGORÍFICOS RECICLADOS
Los más mayores recordarán que fue el 13 de marzo de 1984 cuando el primer teléfono móvil, un Motorola Dyna-Tac 8000X, salió a la venta al público. Su tamaño (25 cm de altura, sin antena) y peso (800 g, frente a los 100-200 g de los modelos actuales) le valieron apodos tan poco atractivos como ‘el ladrillo’ y, sobre todo, ‘la nevera’.
Hoy, en un extraño giro del destino, los frigoríficos reales para uno de los componentes claves de nuestros teléfonos inteligentes: la tarjeta SIM. Todo comenzó con una atractiva sugerencia realizada por un equipo de investigadores de la compañía francesa de electrónica Thales a Veolia, una empresa especializada en la gestión optimizada de recursos: cada año, las tarjetas SIM utilizan casi 20.000 toneladas de PVC y otros polímeros; ¿por qué no trabajar juntos para poder encontrar una solución más ecológica en la fase de fabricación?
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