LA JARDINERA ARISTÓCRATA
En la encorsetada sociedad eduardiana, la vida de Vita Sackville-West fue un grito de libertad,jóvenes de la alta sociedad británica que jugaban a ser las ovejas negras de sus familias rompiendo reglas. Su pasión por la jardinería, de algún modo, la ayudó a conseguirlo. Con su segundo marido, enamorado también de parterres y pérgolas, levantó los espectaculares jardines de su castillo de Sissinghurst. Aquel espacio era una perfecta metáfora de su modo de concebir su matrimonio: una pareja abierta que basaba su equilibrio en el amor, el respeto y las relaciones homosexuales de ambos (el idilio de ella con Virginia Woolf hizo correr ríos de tinta). Es hora de descubrir su sensibilidad como paisajista en (Editorial Gustavo Gili), donde la autora reunió las especies más singulares de su particular paraíso.
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