CAMILA SODI El arte de la DECONSTRUCCIÓN
a Real Academia Española define la palabra deconstruir como “deshacer analíticamente algo para darle una nueva estructura”. Al pensar en todos los años que llevo de conocer y admirar a Camila Sodi, tengo el deseo de deconstruir las distintas imágenes que tengo de ella en mi mente: relajada y desenfadada compartiendo con amigos en el icónico salón Covadonga, en la colonia Roma de la Ciudad de México, hace poco más de una década –yo apenas iniciaba mi carrera como coordinadora de moda en una revista y la vi de lejos en aquel lugar, sin que ella se percatara, obviamente, porque no la conocía, sólo la admiraba–; años después, por fin interactuando, al probarle vestidos para la alfombra roja del Festival Internacional de Cine de Morelia –lució hermosa rosa pastel de Carolina Herrera–; también la recuerdo en una sesión de portada, con ropa de aire rockero y maquillaje recargado, una Camila más arriesgada y misteriosa; por último, la visualizo en el estreno de la película , junto a su hermana Tessa Ía, con un futurista, una sonrisa de oreja a oreja y una de las miradas más bonitas que he visto en mi vida.
