CARTA DEL DIRECTOR COLABORADORES
nació el 18 de febrero de 1954, tiene 67 años y me resulta fácil especular que desde muy pequeño (quizá desde el vientre de su madre) debió bailar. Pienso en él y llegan a mi mente escenas inmortales de un Travolta casi siempre deslizándose en el espacio con música (1977), en aquella memorable pista de baile multicolor, o junto a Olivia Newton-John en (1978), que marcó a toda una generación. También al lado de la retadora y Uma Thurman en (1994), e incluso en (2007), irreconocible en el papel que consagró a la rutilante Divine en la primera versión de la película (1988). Como si lo filmado no bastara, John ha protagonizado bailes celestiales fuera del cine: imposible olvidar la noche de noviembre de 1985, durante la recepción de gala que en la Casa Blanca ofrecían el presidente Ronald Reagan y su esposa Nancy a Carlos y Diana de Gales, durante su visita oficial a Estados Unidos. Travolta fue la envidia del mundo al invitar a bailar nada más y nada menos que a la princesa más hermosa; Di había mencionado su nombre cuando le preguntaron a cuáles personajes americanos del entretenimiento deseaba incluir en la velada (era su desde muy joven). Los dos, vestidos de impecable etiqueta (él en smoking y ella en un elegante vestido largo con escote a los hombros), salieron al salón y demostraron una química increíble. Ambos admitirían más adelante que ese momento inesperado se había convertido en uno de los más felices de sus vidas. Si por edad alguien no recuerda los primeros bailes del actor (que ahora, junto a millones de recuerdos, gracias a Youtube tenemos al alcance en dos segundos en nuestro teléfono móvil), seguramente sí tiene en su mente cuando en el último Super Bowl, y como parte de uno de los famosos y millonarios comerciales, John volvió a bailar la canción que lo inmortalizó en , esta vez junto a su hija Ella, de 20 años (ya lo habían hecho como parte de un sentido homenaje póstumo a su esposa y madre, Kelly Preston). Para nuestra suerte, y en un gesto de generosidad que siem pre agradeceremos, Travolta nos recibió de manera exclusiva en su casa de Florida y, no lo van a creer, pero sí… ¡bailó para nosotros! Frente al lente del querido César Balcázar y de todo su equipo, recordó parte de sus mejores pasos para la sesión fotográfica que encontrarán en estas páginas. Con nuestro experto en cine, Mario P. Zsékely, desde Los Ángeles, tuvo una plática “de amigos”, repasando sus éxitos cinematográficos hasta abrir su corazón y reflexionar, sincero y sin restricciones, sobre la fama, el duelo y el futuro… Disfruten de esta edición tanto como nosotros al hacer cada una de sus páginas. ¡Abrazos y un delicioso y primaveral abril para todos!
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