LOS SMARTPHONES TAMBIÉN PUEDEN TRABAJAR EN RAW
ormalmente, los móviles guardan las fotos en formato JPEG por un sencillo motivo: ocupan lo mínimo posible. El problema de ello es que JPEG trabaja con lo que se llama para, en la nueva pantalla, activar el regulador . Ten en cuenta que, cuando ahora tomes fotos con tu móvil, los ficheros ocuparán substancialmente más espacio en la tarjeta, ya que carecen de la compresión con pérdidas de JPEG y solo se aplica una compresión similar a ZIP. Un fichero que en JPEG ocupe unos 4,5 MB en RAW puede ocupar hasta 30 MB. ¿Y qué ganas con ello? La posibilidad de ‘revelar’ la foto de forma digital en el ordenador con programas como Photoshop o Lightroom, para desde ahí aplicar todo tipo de correcciones y efectos a esa imagen.
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