Un remanso de paz
alma y reposo son sensaciones que hoy día atesoramos y que reflejan el alma de Casa Quieta, un oasis situado en el corazón de Polanco, en la Ciudad de México, que nos recuerda que en lo elemental, en la honestidad de atmósfera diáfana, nos conquistó, por ello les preguntamos a sus fundadores la clave para recrearla y disfrutar de un hogar que respire ese equilibrio: “Es vital integrar elementos como la madera y la piedra en su forma más pura, y combinarlos con una gama de colores neutros que les den protagonismo. Textiles orgánicos que inspiren calidez, como el lino y el algodón, son básicos. Y no hay que olvidar que menos es más, así que una selección de objetos significativos con valor emocional, buena iluminación, vegetación y un relajante aroma harán que una casa sea más acogedora y cómoda para vivir”. ¿No amarías evocar el espíritu de Casa Quieta?
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