Futuros hechos de presente
ué tienen en común el programa televisivo , que presentaba Javier Sardà a caballo entre este siglo y el anterior, y la película , de (1950), un conjunto de historias sobre la ocupación humana de Marte. Lejos de ser una ficción escapista, el libro planteaba cuestiones como el racismo o el impulso autodestructivo de los seres humanos. Los colonizadores terrícolas son comparados a una plaga de langostas por la forma en que destruyen la sociedad marciana para levantar otra a su imagen y semejanza. Encontramos también esta mirada crítica con su presente en , publicado tres años después. El título hace referencia a la temperatura en la escala Fahrenheit a la que arde el papel, equivalente a 232,8 grados centígrados. Este es el destino que aguarda a los libros en la Norteamérica de un escenario futuro. Están prohibidos, y un cuerpo específico, los “bomberos”, se encarga de su destrucción en cuanto localiza un ejemplar. En la imagen observamos al autor mientras revisa trajes espaciales para una serie de televisión, puesto que también trabajó como guionista para la pequeña pantalla. El 22 de agosto se cumplen cien años de su nacimiento.
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