ESTADO de equilibrio

Alrededor de 7,700 millones de personas cohabitamos este planeta, todas, sin excepción, discurrimos, nos emocionamos y reaccionamos según cómo procesamos, almacenamos o desechamos los más de 60,000 pensamientos que nuestro cerebro produce en un solo día y que, por cierto, hacemos conscientes del 3 al 1%. Nuestra psique resulta tan compleja que merece analizarse desde múltiples perspectivas, empezando por comprender que mente y cerebro no son lo mismo.

La presencia de neuronas en el cuerpo humano se ubica en tres órganos vitales: el cerebro, corazón e intestino grueso, implica que nuestro sistema nervioso va mucho más allá de la cabeza y la inteligencia, y se construye también de un sinnúmero de estímulos orgánicos, afectivos, recuerdos, historias, lazos de familia, miedos, así como factores externos que nos definen en lo individual y en la forma en que actuamos ante las diferentes situaciones y etapas de la vida. Precisamente estas reacciones son mentales. En otras palabras, el cerebro es un conjunto de estructuras físicas tangibles con funciones cognitivas, sensoriales y emocionales, y la mente es el resultado consciente de actuar y pensar ante la información. Aquí radica el gran diferenciador