EUROPA EN EL DIVÁN
Europa lleva bastante tiempo postrada en el diván, tratando de encontrarse a sí misma y su papel en el nuevo siglo. A la espera de que aparezcan líderes –políticos y empresariales– el proyecto europeo camina inseguro, dividido y sin una convicción clara de querer desempeñar una posición de liderazgo en el mundo. El abandono de Reino Unido, con toda la singular idiosincrasia histórica que se quiera atribuir a las islas británicas, no solo abre un peligroso precedente para un club en el que todos sus miembros reconocían hasta ahora el valor del sumatorio de las partes, sino que además provoca inevitables dudas acerca de las capacidades de Europa para abandonar el protector diván y salir al mundo.
“El declive de su influencia internacional ha llevado a los europeos a sentirse cada vez más impotentes, como personas, como naciones y como bloque. Carente de una visión unificadora para el futuro, la UE ha perdido vitalidad, atenazada por la pasividad y el miedo envueltos de nostalgia. Pero el pasado que muchos europeos añoran nunca existió en realidad, y el presente que rechazan no es la catástrofe que se representa: Europa
