LA OGRESA DE READING
LA PURITANA INGLATERRA VICTORIANA QUEDÓ EN SHOCK CUANDO SUPO QUE AMELIA DYER, UNA MADRE Y CUIDADORA INFANTIL DE MEDIANA EDAD, SE DEDICABA A MATAR A LOS NIÑOS QUE TENÍA A SU CARGO.
“LA OGRESA DE READING”, BALADA POPULAR INGLESA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.
Era una mujer modesta de mediana edad que vivía en la localidad de Caversham, cerca de la ciudad de Reading, en Inglaterra. Seguramente que muchos vecinos se la toparían andando por la calle e imaginarían, si es que pensaron en ella alguna vez, que era una madre cualquiera haciendo compras. Pero detrás de esa fachada se escondía una verdad que horrorizó a la sociedad británica durante décadas: aquella modesta señora se llamaba Amelia Dyer y era una de las cuidadoras, o baby farmers –como se llamaba en Inglaterra a las mujeres que acogían en sus casas a los niños de otras madres, normalmente solteras, a cambio de un salario–, más conocidas en todo el país.
Dyer no encajaba en el perfil de asesina que la sociedad victoriana tenía en mente, y por eso la sorpresa fue mayor. Había recibido formación de enfermera y procedía de buena familia; además estaba casada y tenía hijos propios, pero ha pasado a la historia como la ogresa de Reading. ¿Qué la llevó a asesinar a bebés indefensos y cómo pudo hacerlo durante tanto tiempo?
ÁNGELES DE LA MUERTE
En las últimas décadas del siglo XIX, a partir de 1860, en Inglaterra otras mujeres para evitar que las despidieran. Si una criada soltera tenía descendencia, sus patrones por lo general optaban por sustituirla por otra persona con menos obligaciones, así que para mantener el trabajo, esas sirvientas buscaban a otras mujeres que pudieran encargarse de los bebés. A cambio, les daban parte de su salario para cumplir con el trato económico estipulado y ayudar a cubrir las necesidades del infante. ¿Cómo localizaban a las potenciales madres adoptivas? Era fácil porque se anunciaban en los periódicos.
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