ARDE LISBOA
Jan 30, 2020
4 minutos
TEXTO FEDERICO OLDENBURG
SIEMPRE BELLA Y CAUTIVANTE, pero también perezosa y lastrada por cierto fatalismo –hay quien dirá que bien justificado–, la ciudad de las siete colinas parece hoy haberse sacudido por fin la saudade y experimenta una vitalidad trepidante, aquella que palpita en las metrópolis cuando descubren lo mejor de sí mismas, que ya es bastante. La magia siempre estuvo allí, es verdad: el embrujo de Lisboa es tan poderoso que no hay crisis capaz de eclipsarlo. Pero tal vez solo las almas sensibles ven la belleza en medio del fango.
Que se lo pregunten, si no, a los
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