ÉLISABETH VIGÉE-LEBRUN La retratista de María Antonieta
EN LA RUE COQUILLIÈRE, EN EL CORAZÓN DE LA CIUDAD FRANCESA DE PARÍS, VIVÍAN LOUIS VIGÉE CON SU ESPOSA JEANNE MAISSIN. Louis era un pintor más bien mediocre que no podía imaginar que la pequeña que allí nacería el 16 de abril de 1755 superaría con creces su talento y el de otros pintores de su tiempo. Bautizada como Marie-Élisabeth-Louise, al poco tiempo de nacer fue enviada al campo para ser alimentada por una nodriza. Aquella era una práctica habitual entre las familias acomodadas, pues se tenía la creencia que así los bebés crecerían más sanos y era una suerte de moda no dar el pecho a los propios hijos.
A los seis años, Élisabeth regresó a casa pero por poco tiempo, ya que fue enviada al Convento de las Trinitarias de París para ser educada en la piedad. Como dijo su biógrafo William Henry Helm, “su vida fue menos agradable con las monjas que con los campesinos”. A pesar de que sus padres la visitaban con frecuencia y se la llevaban a casa durante algunos días, Élisabeth no se adaptó a la vida de reclusión y sobriedad del convento. Fue entonces cuando encontró en la pintura no sólo una válvula de escape, sino también una manera de desarrollar un talento que pronto iba a ser reconocido por muchos. También fue, sin embargo, razón de más de un problema tras los muros del que entonces era su hogar. Ella misma recordaba en sus memorias que “mi amor por la pintura se manifestó en mi temprana juventud. Fui enviada a una escuela a los seis años y allí permanecí hasta los once. Durante ese tiempo, garabateaba allí donde podía y a todas horas. En mis libros, incluso en los de mis compañeras, los decoraba con dibujos en los márgenes de cabezas, rostros, de perfil; en las paredes de mi dormitorio dibujaba caras y paisajes”. Era de esperar que las monjas, lejos de aplaudir aquel talento precoz, la castigaran “a pan y agua”. Solamente su padre empezó a ser consciente de que en las manos de su pequeña Élisabeth se escondía una futura artista: “¡Serás pintora, niña, si alguna vez
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