Abrochen sus cinturones
ADMITÁMOSLO, SI ESTE Ford Focus no estuviera pintado en Orange Fury, a primera vista no lo habríamos identificado como el nuevo ST. Y esta identidad modesta es una muestra del buen balance que Ford ha conseguido con este ST.
Luce incluso más discreto cuando está junto a los dos rivales de hoy, el Volkswagen Golf GTI TCR, la forma definitiva del que empezó todo esto, pues el Golf de octava generación ya está aquí; y el Hyundai i30 N, la sorpresa del último lustro, una invasión coreana que nos dejó un gran sabor y que merecía volver a salir a pista.
Sutil es la palabra ideal para definir el aspecto de un Focus que sin su piel naranja solo se identificaría como un ST por las pinzas de freno rojas, el alerón, las llantas y la doble salida de escape trasera, obviando los
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