¿CASA PARA TODOS? DEL CHALET DE LUJO AL ‘PISITO’ DE ALQUILER
Cantaba Jaume Sisa en los años de la Transición aquello de “Oh! Benvinguts, passeu, passeu / de les tristors en farem fum. / A casa meva és casa vostra, / si és que hi ha casa d’algú” (¡Oh! Bienvenidos, pasad, pasad, / las tristezas convertiremos en humo. / Mi casa es vuestra casa, / si es que hay casas de alguien). Y, efectivamente, a tenor de la zozobra que parece invadir al español medio cuando se habla de comprar o vender una vivienda, da la sensación de que cada vez es más complicado que nadie –sobre todo los jóvenes– pueda hablar de ‘su’ casa, es decir, en propiedad. Claro que, por otro lado, ¿cuántos desean realmente ‘anclarse’ a una hipoteca? Se quiera lo que se quiera, el mercado, al parecer, sí que está satisfecho.
Volumen de inversión, precios, demanda... desde que el sector inmobiliario tocara fondo en el año 2014, estos indicadores nunca se habían presentado tan positivos. De hecho, las cosas van marchando tan bien en este mercado que ya se han empezado a escuchar las primeras voces de alarma advirtiendo sobre una nueva burbuja inmobiliaria. Pero mientras se ve si ésta llega o la mantienen a raya, lo que resulta incontestable es que la recuperación está siendo muy heterogénea, aunque aún estemos lejos –por suerte, tal vez– de las cifras previas a la crisis.
Ésa es la conclusión global que los especialistas deducen del informe publicado el pasado mayo por el Banco de España, titulado En él observamos que las transacciones cerradas en 2018 ascendieron a 550.000, lo que supone un 10% más que en 2017 y el nivel máximo en cinco años. Sin duda es una cifra prometedora, aunque aún lejana de las 885.000 que llegaron a registrarse de media anual en el periodo 2004-2007. En este sentido, la inversión en vivienda alcanzó
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