¿QUÉ ES?
TRAS RECIBIR UN ENCARGO de Hermès para crear una pequeña colección de lámparas, el diseñador industrial español Tomás Alonso, de 45 años, visitó el afamado museo privado en la Rue du Faubourg Saint-Honoré, el espacio alberga más de 20.000 objetos que no pertenecen a la marca, reunidos durante casi 150 años como inspiración para las líneas de ropa y accesorios de Hermès. Entre guarniciones que se remontaban a la invasión mongo-la, Alonso, cuyo estudio se encuentra en el barrio londinense de Hackney, descubrió un conjunto de maquetas victorianas plegables de papel y algunos flexos que datan de los comienzos de la luz eléctrica. “Me di cuenta de que la posibilidad de transporte, o al menos, la ilusión de ello, es un aspecto esencial de Hermès”, afirma. “Encarna la idea de que las cosas hermosas pueden recorrer el mundo contigo”. Aunque las lámparas que ha diseñado en realidad no se pliegan, son etéreas como cometas que planean entre lo efímero y lo sustancial. Elaboradas con papel japonés hecho a mano y bambú en tres combinaciones de colores, la colección debe su nombre a los bastidores: piezas pintadas del decorado que dotan al escenario de su dimensión. Cada una de ellas presenta una configuración distinta, incluida una en forma de T y otra con un único panel. Iluminadas mediante una fuente de luz LED situada en un aro revestido de cobre que pivota alrededor del objeto y que añade complejidad geométrica, estas lámparas son esculturas minimalistas, que arden desde su interior.
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