EL HOMBRE INVISIBLE
En el año 1931, el estudio Universal arrancó su ciclo de monstruos clásicos trasladados de la literatura al cine con el estreno de Drácula. A partir de ese momento la productora buscó otras alternativas para continuar explotando ese filón con otras icónicas figuras de la literatura y llegó a un acuerdo con Herbert George Wells para incorporar a su galería de fenómenos a El hombre invisible. Demostró ser una muy buena idea, porque el éxito de esta primera producción dio lugar a toda una saga que inflamó la imaginación de los aficionados al cine incluso sin haber leído la novela original en que se basaba el filme. F I C H A
Preston Sturges y Philip Wylie participaron en la escritura del, si bien no fueron acreditados finalmente, de manera que el libreto de la película apareció firmado en créditos por el británico Robert Cedric Sheriff, que años más tarde sería nominado al Oscar por su trabajo en esa misma parcela en el clásico (1940). En su propio país fue nominado a los premios Bafta, equivalentes británicos del Oscar estadounidense, por los guiones de otras dos películas destacadas de su carrera, (1955) y (1955).
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